Crecí leyendo fantasía. Ya saben, El hobbit, El señor de los anillos y La historia interminable. A los 12 años no era exactamente una fanática del género, pero me gustaba pensar que existían mundos repletos de peligros y zonas sombrías, habitados por seres feéricos y en los que la magia era algo común. Me hubiera gustado ser como Bastian y descubrir un libro que me incluyera en ese mundo. De alguna manera me hacía mucha ilusión que un grupo de enanos desconocidos vinieran a mi casa a cenar con un propósito oculto.
Ahora la persona adulta que soy opina convencida que ese tipo de historias alimentan y fertilizan la imaginación de los niños. Los niños y los jóvenes deben tener al alcance de su mano la posibilidad de crecer rodeados de magia y de mundos de fantasía. Lo considero un derecho universal. Imaginación fértil y muchas posibilidades. Libros, buenos libros en estanterías repletas. El mundo perfecto.
Es por eso que la novela de David Prieto En tierra de nadie me resulta esencial y cautivadora. En ella encontramos dosis altas de hechicería, un mundo de fantasía muy bien construido y unos personajes que ven perplejos cómo esa fantasía invade su territorio cotidiano, ese que consideraban normal.
La novela cuenta la historia de Daniel, un chaval que estudia poco, lee poco y juega mucho con el ordenador. Un chaval normal. Lo que él no sabe (ni él ni nadie en realidad) es que existe un mundo paralelo donde una guerra está a punto de desatarse. Y en ese mundo habitan seres que le pondrían los pelos de punta al más valiente, villanos y héroes, guerreros y magos, y que existe una misión secreta que debe llegar a buen puerto. La aparición de un profesor sustituto en su colegio desencadenará la acción y el descubrimiento, junto con sus amigos, Galia y Melvin, de un libro que puede ayudarles a salir airosos de la aventura.
Como vemos, se trata de una historia en la que se entrelazan dos realidades: la nuestra y la de ese mundo de fantasía. Así, se van alternando ambos planos a medida que la narración avanza, de manera que conocemos lo que sucede en el entorno de Daniel y lo que ocurre en el otro lado, hogar de la Piedra de Luz y la Alianza de Schaffel, más allá de la Muralla de las Eras y de las Tierras de los Valles que Reposan entre los Sueños. Ambas historias transcurren paralelas y se complementan, lo que hace que la narración adquiera sentido y se enriquezca.
Encontramos, pues, un ambiente bastante logrado por partida doble: la descripción del plano conocido, el nuestro, el cotidiano, con unos personajes muy creíbles; y la descripción del plano imaginario, que a su vez resulta verosímil y cuenta lo suficiente como para que el lector no se pierda entre nombres extraños y al mismo tiempo desee saber más del espacio imaginado por David Prieto.
En tierra de nadie se dirige a lectores a partir de 9 años que busquen evadirse de la realidad y a la vez enfrentarse a ella a golpe de magia. De ritmo rápido, llena de acción y de giros inesperados, esta novela hará que los lectores se familiaricen con el tipo de obras de género que no deberían faltar en toda estantería de bien. Con un lenguaje adaptado para su edad, En tierra de nadie es la puerta que abre otras puertas. El anzuelo para morder y seguir con otros libros de fantasía clásica. Muy recomendable.
Título: En tierra de nadie. Autor: David Prieto. Ilustraciones: Pablo Uría. Editorial: Palabras de Agua. Número de páginas: 224. Precio: 10,95 euros. ISBN: 9788494264115
(Esta reseña fue publicada en la Revista Vísperas / Primera época)